Por Félix Rodrigo Mora
http://esfuerzoyservicio.blogspot.com.e ... =catalunyaYa hace más de un año que el gobierno de la Generalitat y sus aliados en el Parlamento están promoviendo la política del "derecho a decidir", que presentan engañosamente como sinónimo del ejercicio del derecho de autodeterminación por el pueblo catalán. Esto, supuestamente, llevará a la constitución de un ”Estado catalán” y a la independencia.
Con este fin, a través de continuas campañas mediáticas de carácter adoctrinador han constituido un catalanismo tanto ruidoso como degradado, hoy reducido a poco más que el Barça y la morcilla, con arrinconamiento progresivo de las cuestiones más decisivas de la cultura, la historia, la idiosincrasia y la lengua nacional. El amor, el conocimiento, la emoción y la pasión por la tierra catalana están siendo sustituidas por estados de conciencia cada día más ramplones y simplificados, más banales, sórdidos e insustanciales. No hay debate profundo, serio y responsable, todo consiste en gritar consignas.
CiU y ERC han conseguido que el pueblo delegue en ellos las tareas de la liberación nacional, por lo que está pasivo ya la expectativa, obrando como una gran comparsa que sale a la calle en cuanto se le manda, y que cree que una simple votación, el famoso referéndum, será la solución. Esto, por sí mismo, ya es una catástrofe política.
Así las cosas en la Diada hay que exponer de una manera realista y argumentada la cuestión de la liberación nacional, dejando de lado la demagogia y el simplismo.
Cataluña es una comunidad humana singular y diferenciada de España y Francia, con una historia milenaria, muy rica en contenidos, una lengua y una cultura propias. Está legitimada a gobernarse por sí misma, a alcanzar la soberanía como pueblo a través del ejercicio del derecho de autodeterminación hasta la independencia.
El año transcurrido desde la Diada de 2012 ha puesto en claro muchas cuestiones. Una, decisiva, es que la gran patronal ”catalana" se niega a apoyar todo proceso independentista. Es lógico, ya que hoy no hay una gran burguesía catalana, porque ya hace mucho que se fusionó con la española, con la que forma una clase social unificada que tiene en España como propio. Esto significa que el poder del dinero está contra la liberación nacional y que ésta debe conseguirse contra él.
Dado que el gran capital es español, la liberación nacional de Cataluña únicamente puede tener lugar en el marco de una gran acción anticapitalista como la que preconiza en su proyecto y programa la revolución integral.
La Unión Europea rechaza lo que llama”secesión”de Cataluña, y lo mismo hace la ONU, la OTAN y otros organismos internacionales. Ninguna potencia exterior apoya al pueblo catalán. Francia se opone con todas sus fuerzas ya que es parte interesada. El capital multinacional está en contra. Por supuesto, el Estado español, especialmente el ejército, el aparato policial, el poder judicial, la gran banca, el poder mediático y el sistema académico, se declaran a favor de “la unidad de España”en las condiciones que establece la Constitución española vigente, de 1978, que fue redactada e impuesta en su día por los que ahora se llaman”independentistas", en particular por CiU.
Sólo la”clase política”hace suyo el proceso que llevará, dice, a la constitución de un ”Estado catalán”. Pero tanto ERC como CiU no son fuerzas con entidad propia. Están costeadas por el Estado español (no se olvide esto), conforme al sistema vigente de financiación de los partidos políticos. Operan desde una institución, la Generalitat, que forma parte del ordenamiento jurídico- político español. Ingresan enormes sumas, por vías legales e ilegales, de la gran patronal, que es igualmente española.
En consecuencia, seguirán recibiendo dinero mientras sirvan a los intereses de quienes los financian. En otras condiciones sólo habría retirarles el apoyo económico para que desaparezcan. Dado que tales fuerzas están constituidas por un ávido y codicioso funcionariado que desea, por encima de cualquier otra cosa, seguir cobrando todos los meses, la mera amenaza de quedarse sin las descomunales prebendas de que gozan los apagará sus ( fingidos ) ardores patrióticos...
ERC sobre todo, que es quien lleva más lejos la demagogia, amenaza Madrid con hacer una ”declaración de independencia". Sí, pero ¿qué significado tendría? En realidad ninguna: el Estado español no la reconocería y aquí acabaría todo. Es infantil no comprender que la liberación nacional es una cuestión de soberanía y no de palabrería, y que la soberanía se realiza a través de instrumentos de poder popular - nacional, de fuerzas sociales movilizadas e instituciones emergentes aptos para disputar el Estado opresor (el español en este caso, sin olvidar al francés ) la capacidad real, práctica, de mandar, esto es, de ordenar y prohibir.
Lo mismo sucedería en caso de que se llegara a celebrar el referéndum. Fuera cual fuera su resultado, el Estado español lo declararía ilegal, al ser ajeno al orden constitucional actual, y punto final. En las actuales condiciones, cuando las clases populares están desmovilizadas, debido a que el llamado ”proyecto soberanista” es rotundamente reaccionario, por institucional y partitocrático, por capitalista y estatal, no hay ninguna posibilidad de que se dé una respuesta popular capaz de, desde la calle, ir disputando en España la soberanía paso a paso y sitio a sitio.
Pero con casi total seguridad, no habrá referéndum, porque los que financian y, por tanto, dominan y dirigen a CiU ya ERC pararán el proceso en algún momento, dejando en ridículo a los que ahora, en su ingenuidad, se toman en serio las maniobras y la palabrería mercenaria de los políticos profesionales del Parlamento. Esto sucederá en un par de años, probablemente, tiempo que usarán para triturar la conciencia nacional catalana mediante la confusión, la degradación de los contenidos, el delegacionismo y la demagogia, creando una desmovilización popular gigantesca, que sembrará ( lo está haciendo ya ) el conformismo y la apatía por decenios [ 1 ].
Esta es la verdadera meta de la operación que están llevando adelante CiU y ERC : destruir la capacidad de reflexión, compromiso, movilización y acción del pueblo catalán. Por eso los financia el Estado español y el gran capital español. Aquellos dos partidos, y los organismos ”independentistas" que han generado, sólo quieren que Madrid les entregue más dinero para seguir cumpliendo su tarea de siempre, es decir, controlar el pueblo catalán, debilitar y mantener dentro de España.
Las clases populares también tienen una gran responsabilidad en lo que está pasando, que es muy grave. No son sólo ”víctimas" sino a la vez co-autores de la mascarada. La liberación nacional no es algo que se pueda adquirir en las rebajas de unos grandes almacenes, no es un bien que se vaya a alcanzar a base de marchas festivas, manifestaciones divertidas y votaciones cómodos. Si el pueblo no está dispuesto a luchar duro y durante mucho tiempo, a sacrificarse, a sufrir, no habrá resultados: los caminos fáciles no llevan lejos. Cuando, en unos años, quede al descubierto el trasfondo de la operación nadie podrá decir ”nos engañaron”. No, lo que deberán decir es : nos auto-engañar, nos dejamos manipular, fuimos responsables y culpables. Pero ahora todavía puede ponerse remedio al mal...
Que la caricatura ”independentista" la estén llevando adelante los partidos políticos y el Parlamento manifiesta una vez más el funesto de unos y otros. Por ello, y por más razones, hay que rechazar el sistema partitocrático y parlamentario en todas sus manifestaciones, porque es un régimen de dictadura política sobre el pueblo. Por eso un punto decisivo del proyecto de revolución integral es crear un sistema de autogobierno popular y nacional constituido por una gran red de asambleas populares soberanas. Sólo la auto-organización en asambleas puede disputar la soberanía en España, frente al elitismo institucional del tramposo ”independentismo” partitocrático.
Hay que volver a lo más propio de la tradición política catalana, el régimen de concejo abierto, el sistema de autogobierno soberano por asambleas que fue esencial hasta que la revolución liberal española, la Constitución española de 1812 y sus continuadoras, la burguesía catalana, los partidos políticos y el franquismo lo destruyeron. No puede haber liberación nacional y construcción nacional sin el retorno, en las condiciones del siglo XXI, el régimen de concejo abierto. En él la esencia del pueblo catalán se reencuentra a sí misma.
¿Qué se puede decir de los que presumen de ”patriotas” al mismo tiempo que esconden el más genuino de la historia de Cataluña, el régimen de participación de todas y todos en la vida política por medio de asambleas ? La burguesía catalana primero, y ahora la partitocracia catalana, así como los historiadores y la intelectualidad a sus órdenes, han hecho un esfuerzo tremendo durante dos siglos para borrar de la memoria del pueblo el recuerdo de las asambleas populares catalanas [ 2 ]. Pero no lo han de alcanzar para el proyecto, idea y programa de revolución integral para Cataluña sitúa en el primer punto del ordenamiento político que preconiza el sistema de autogobierno popular asambleario, el régimen de concejo abierto.
El proyecto de revolución integral en Cataluña unifica tradición y cambio revolucionario, integrando pasado y futuro, fusionando la verdad de la historia con el impulso para crear una nueva Cataluña, sin dominación española ni francesa, sin gran capital, sin ente estatal, sin políticos profesionales ni partidos políticos totalitarios, con libertad de conciencia, política y civil, con la lengua, la historia y la cultura nacional restauradas y desarrolladas.
Crear un "Estado catalán” es hoy imposible. Pero aunque lo fuera, no es una meta deseable, ya que el Estado es un instrumento de dominación de las élites sobre el pueblo, al que además explota a través del sistema tributario. Un Estado catalán sería la negación de la libertad, al igual que hoy lo es el Estado español. Es el pueblo, la gente de la calle, no el Estado, éste o el otro, el decisivo.
La liberación nacional de Cataluña únicamente será posible en el marco de un gran proceso de revolución integral, ya que sólo éste es capaz de desarticular el Estado español y desmontar el gran capitalismo. Por eso los que ahora apuestan por el reformismo y el parlamentarismo equivocan [ 3 ].
Que la de 2013 sea una Diada revolucionaria y por eso mismo auténticamente popular y nacional.
Félix Rodrigo Mora
08 2013
[ 1 ] El 15 -M parecía, al principio, un poco grandioso, también en Cataluña. En dos años ha quedado probado que ha sido una intervención política para sembrar la desmovilización, la apatía y la confusión, y de él apenas queda nada. Los planificadores que hacen en Madrid la gran política de Estado son cada día más hábiles. Ahora están centrados en destruir al pueblo catalán.
[ 2 ] La destrucción de la memoria popular catalana ha sido realizada con tan perversa eficacia que hay que acudir a autores españoles, a textos en castellano, para enterarse que en Cataluña existieron las asambleas populares locales, que el consejo abierto fue una realidad magnífica. Así se expone en el libro ”Democracia directa municipal. Concejos y Cabildos abiertos”, de Enrique Orduña Rebollo, y en otros de este autor. Para él nos enteramos de que la práctica del consejo abierto era “habitual” sobre todo en los pueblos de Lleida y Girona, aunque operaba en toda Cataluña, estando ”muy arraigada en los municipios rurales”.
[ 3 ] Por eso yerran las CUP, con su programa no -revolucionario, socialdemócrata, de apología de las religiones políticas, parlamentarista, que rompe la relación lógica existente entre revolución y liberación nacional, que habla de asambleas pero está en el Parlamento, que desconoce las realidades del siglo XXI y continúa con una política anticuada, de hace medio siglo, que no es capaz de hacer frente a la letal operación política de CiU- ERC. Se necesita un gran debate dentro de las CUP. Mientras la decisiva noción y propuesta de revolución no esté en el centro de su programa y proyecto serán una fuerza del sistema, además de un proyecto marginal y anodino.