http://www.nodo50.org/tortuga/Tranquilo ... isfruto-de"Me ordenaron presentarme como vocal a una mesa electoral en las pasadas elecciones generales del 20 de noviembre de 2011. Me negué por motivos éticos y políticos, y lo hice público. Según la legislación del estado español cometí por ello un delito."El objetor electoral de Tortuga, Adrián Vaíllo, nos cuenta cómo va su proceso.
Hola, amigas y amigos.
Uno se siente un poco egocéntrico cuando escribe sobre su situación personal, y más si siente que no tiene nada que contar más valioso que lo que pudieran decir tantos otros seres humanos; sin embargo, dos motivos me animan a hacerlo.
Por un lado, varias personas se han puesto en contacto conmigo o con Tortuga para informarse sobre mi situación; por otro, no está mal denunciar cómo se las gasta el poder con quien disiente o no le es útil. Me gustaría satisfacer ambas necesidades con este breve texto.
Desahuciadas en el estado español, asesinados en un bombardeo en Afganistán, explotadas en una maquila en México... Todas ellas son víctimas de un poder poco compasivo y, habitualmente, disfrazado de democrático. Todas ellas son historias que nos recuerdan que muchísima gente está peor que nosotros, pero no por ello dejamos de estar bajo el control del mismo poder.
Mi caso es muy sencillo. Me ordenaron presentarme como vocal a una mesa electoral en las pasadas elecciones generales del 20 de noviembre de 2011. Me negué por motivos éticos y políticos, y lo hice público. Según la legislación del estado español cometí por ello un delito. A partir de ahí, un juzgado de instrucción recogió la acusación que formalizó la fiscalía contra mí, reunió toda la información que creyó necesaria y la envió a un juzgado de lo penal.
La citada acusación pide “la pena de ocho meses de multa a una cuota diaria de 10 euros”; es decir, unos 2 400 euros. En caso de no pagarla podría acabar en prisión. Además, se me exige una fianza de 3 120 euros.
Que el estado reaccione de una manera tan dura ante una simple ausencia a una mesa electoral quiere decir mucho. Quiere decir que necesita de la fuerza y la represión, y no de la razón y las bondades de su sistema, para maquillarse de demócrata.
Casos similares a éste y, en multitud de ocasiones, más llamativos invadirán cada vez más nuestra cotidianeidad, fruto de los constantes endurecimientos del código penal. Mientras tanto, oiremos noticias de políticos y empresarios que, indultados por su propio sistema, no cumplirán ninguna pena (al menos en prisión). Me alegro de ello: no le deseo una estancia en la cárcel a nadie.
Y bueno..., yo por aquí ando, a la espera de que se celebre el juicio y conocer la sanción. Tranquilo y contento disfruto de mi trabajo en el campo, en una cooperativa asamblearia y autogestionaria de agricultura ecológica: El Sacre. Y el resto del tiempo lo vivo entre fabes tendres, barajas, familiares, palmeras, libros, amistades, cervezas, inquietudes, canciones, luchas sociales y goles de Xumetra: entre mis gustos sencillos y mis vicios no demasiado caros.
Muchas gracias a todas esas personas que me habéis demostrado cariño y apoyo durante estos meses.
Un abrazo a todo el mundo.
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